El año 2013 apenas comenzaba y por fin parecía que la boda de mi mejor amiga estaba a la vuelta de la esquina. Ya estaba todo muy bien encaminado pero nuestras llamadas diarias me hicieron notar un cierto sentimiento de preocupación, agobio y nervios… y algo dentro de mí se alarmó. A pesar de que es una fase típica por la que pasan todas las novias, a mí no me gustaba verla así, quería que volviera a sentir el nerviosismo y la súper-ilusión que llevaba sintiendo desde aquel 16 de mayo en el que se comprometió. Entonces pensé en enviarle un regalo sorpresa a su casa, algo que fuera para el día de la boda… que el día 20 era el día perfectos para hacerlo, porque ese día quedarían justo 6 meses para la boda. Y al caer en la cuenta de lo que quedaba decidí que sería un regalo cada mes hasta el día de la boda
Fue entonces cuando la vena creativa se me puso en marcha y empecé a tener claro que quería que fuera algo mágico, intrigante, que la ilusionara mes a mes. También tuve claro que no quería que ella supiera que era yo… eso le daría más magia al asunto, y para magia, las Hadas. Esos seres mitológicos bellos y elegantes como mi amiga… era perfecto, ya lo tenía, los paquetes tendría como remitente El Hada de las Novias.
20 de enero de 2013
La primera cajita estaba preparada, recorrí un par de tiendas buscando alguna que fuera bonita y en tonos suaves; dentro de ésta, envuelto en papel de seda blanco iría el primer regalo que sería un joyero precioso para llevar las joyas del gran día a buen recaudo, con una carta donde le explicaba el porqué del regalo, de la importancia de recorrer el camino con ilusión, todo lo que se me ocurrió menos que era yo, y para rematar, un lazo plateado alrededor de la caja cual regalo bien trabajado. Qué nervios tenía! Sólo me quedaba pensar en cómo hacérsela llegar y entonces pensé que iba a necesitar una aliada, y quién mejor que su mamá. La llamé para contárselo, le encantó la idea y enseguida se ofreció a llevarle la caja y dejársela en la puerta de la casa de manera que cuando saliera se la encontrara allí. Fue muy buena idea no llevársela yo porque presentía que me llamaría corriendo pensando para pillarme… Gracias Soraya!
Pues así fue, su llamada no tardó en llegar, emocionada, nerviosa, intrigada, ilusionada,… mi amiga volvía a estar igual que siempre. Yo disimulé como una campeona y cuando colgué la emoción por que todo había salido bien me pudo.
20 de febrero de 2013
Su familia y amigos más cercanos estaban bastante intrigados con quién le había mandado ese paquete (yo incluida) y la pregunta era si este mes mandaría otro o si sólo sería aquella vez. Le tenía preparado algunos detalles bonitos y elegantes como: una percha de seda para colgar su vestido, un marco blanco muy bonito y una toalla para un perfecto ajuar de novia.
Esta vez el día 20 cayó miércoles y pensé que si se lo encontraba por la mañana cuando entrara a su despacho se llevaría una sorpresa. Me alié con una de sus compañeras y fueron tan amables de abrirme por la noche el despacho para dejarle la caja en la silla.
No falló, a las 9:30 me llegó un mensaje diciéndome que el Hada le había enviado otro paquete y que se llevó un susto increíble cuando se lo encontró en la silla porque no se lo esperaba nada. Que una de las cosas que más le impresionó fue que fuera la misma caja, con el mismo lazo. Entonces me fui corriendo a comprar ¡todas las cajas de la colección que quedaban en tienda!
Ese día fue cuando ella empezó a recapacitar en quién podría ser y tenía algunas propuestas, curiosamente yo estaba descartada… eso significaba que el trabajo por ahora estaba bien hecho.
20 de marzo de 2013
Otra vez caía entre semana el día 20 y dentro de sus planes no me cuadraba nada para que se encontrara la caja, a eso hay que sumarle que mis ganas de verle la cara cada vez que le llegaba una iban en aumento. Por todo esto, decidí que sería buena idea que un mensajero se la llevara (el país de las hadas también tiene mensajería ;) ) y que mejor que un mensajero de una floristería que se la llevara con un ramo de flores blancas para darle la bienvenida a la primavera. Todo estaba preparado y yo fui a visitarla al trabajo como un día de tantos que me paso por allí, era algo que no se salía de lo normal, a excepción de la llegada de aquella gran caja (esta vez era una grandita y pesaba lo suyo) y un ramo de anastasias blancas precioso. Su cara era poema, le temblaba todo y yo… yo no sé cómo pude aguantar las ganas de gritar, llorar o reír no sé… era una sensación muy especial y divertida, la verdad es que ese día fui nominada a los óscar jejeje.
Hubo algo que me puso alerta, en una de sus reacciones dijo: “Eres tú y por eso estás aquí” pero acto seguido ella misma se convenció de que eso no podía ser. Uff! Se puso a leer la carta, le hablaba de que las novias deben cuidarse para estar lo más bellas posibles el día de la boda y que por eso la caja estaba llena de productos de belleza para sus cuidados.
20 de abril de 2013
Ya sólo faltaban 3 meses para que llegara el gran día. Después de darle muchas vueltas durante todo el mes a qué le podía regalar esta vez, recordé que se había enamorado de un vestido largo blanco para el día siguiente a la boda para llevarlo el almuerzo al que nos iba a invitar a todos. Pero lo que más me preocupaba era la sospecha que ella tuvo el mes anterior por haber estado delante cuando recibió la caja, así el plan que se ocurrió era que se la iba a encontrar en algún lugar de su casa (portal, garaje…) pero yo no iba a tener nada que ver con ese envío pues cuando ella me llamara yo estaría durmiendo plácidamente en mi cama. Y mi mensajero personal se la llevó tempranito y le tocó para que saliera a buscarla. Gracias Gabi!
Por supuesto que me llamó en el acto y con la voz de la más dormida del mundo le respondí y estaba encantada con su vestido. Yo no sé si ahí ella me tenía fichada o no, pero yo me quedé tranquila con el resultado.
20 de mayo de 2013
Este mes quería ser un poco más creativa, es lo que pasa con esto, que el listón poco a poco va subiendo. Así que se me ocurrió mandarle a bordar un cojín con sus iniciales como recuerdo del proceso, D&D, las iniciales de los novios que estuvieron también presentes en toda la boda. Pero eso no fue todo, también tenían una cena reservada en un restaurante para los dos, eso sí, la reserva estaba a nombre de “El hada de las novias” jijiji.
Esta vez era su madre la que quería verle la cara abriendo la cajita, así que hicimos como si un mensajero se la hubiese dejado allí; ese mes yo tuve una pérdida importante en mi vida y que la madre se encargara de entregársela también me daba tranquilidad. Por supuesto que le encantó el cojín bordado y disfrutaron de la cena, una de las pocas que les quedaban como solteros.
20 de junio de 2013
Esta iba a ser la última caja que le enviaría hasta el día de la boda, ya estaba todo tan cerca… La luna de miel ya estaba reservada y eso me sirvió de inspiración para hacerle un “paquete Maldivas” con un bolsito color turquesa, unas sandalias y una rosa color coral. Los colores que te hacen pensar en esas playas paradisiacas como las que pudieron disfrutar posteriormente.
Una vez más, el día 20 cayó entre semana y ella se quedaría todo el día trabajando, no tenía ningún plan. Era la última caja que le enviaría sin ser la del día de la boda, así que quería que fuera diferente otra vez. Ella trabaja con niños de educación especial y tiene a uno que la adora y la llama “Bella”, así mi aliada de allí me ayudó a que fuera él en persona el que se la entregara. Así fue, lo pusieron guapo (pajarita incluida) y lo llevaron donde ella estaba, se le acercó y le dijo: “Bella, esto es para ti”. Para comérselo…
20 de julio de 2013
Había llegado el día B, yo me quedaba a dormir en la casa junto con su prima y su cuñada para pasar juntar su última noche de soltera, por lo que lo tenía que tener todo preparado para entregarle el último paquete en el hotel. Uff… no sabía bien en qué momento y las ideas que se ocurrían alguien con algún comentario me las tiraba abajo y más nerviosa me ponía.
Pero entonces mi “Pepita grilla” me dijo que le hiciera caso y que se la diera en un momento en que nos quedáramos solas, antes de la hora de la boda, que confiara en ella… y así lo hice. Le pedí que me acompañara a mi habitación para dejar todas mis cosas. En mi cabeza sólo daba vueltas el cómo y el cuándo. La caja solo contenía la última carta donde el regalo era averiguar quién era su hada y que se llevara la sorpresa, pero, la sorpresa me la llevé yo! Cuando entramos a mi habitación me encuentro encima de la cama una de mis cajas junto a una bolsa enorme de regalo. La novia consiguió sorprender al hada. Lloramos, nos abrazamos, leímos nuestras cartas y el día pasó de ser súper especial a inmensamente inolvidable.










